Soy un desastre

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Sé que una noche de sábado acaba bien si tengo el teléfono de un chico en un papel dentro de mi bolsillo. O si tengo algún mordisco en la piel. O si, como ayer, vuelvo a casa intentando recordar si mi sujetador está sobre la mesilla de noche de alguien o directamente he salido sin él. No suelo olvidarme la ropa por ahí, tengo demasiado cariño a mis bragas como para regalarlas, pero de vez en cuando todos tenemos un despiste. Hay gente que se olvida de cerrar la puerta de casa, y hay gente que se olvida de recoger su sujetador. Porque después de una ración de sexo salvaje en la cama más grande que he visto en mi vida, con sonido de muelles permanente, me escapé de mala manera de los brazos de aquel chico extremadamente delgado (y sorprendentemente fuerte) y me vestí con prisa para salir de allí lo antes posible, y a Dios gracias que me olvidé el sujetador y no el vestido. Así que hoy, tras haber asimilado perfectamente que no volvería a ver a ese chico, tendré que ir a su casa, entrar en la habitación todavía con olor a sexo y la cama deshecha y recoger mi precioso sujetador bordado.

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Esta página contiene una sola entrada realizada por Natasha y publicada el 22 de Abril 2007 12:00 AM.

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